En EL PORQUÉ DE LA GUERRA, escrito a Einstein en Septiembre 1932, Freud opinó:
“Si la disposición a la guerra es un producto del instinto de destrucción, lo más fácil será apelar al antagonista de ese instinto: al Eros.”
En EL PORQUÉ DE LA GUERRA, escrito a Einstein en Septiembre 1932, Freud opinó:
“Si la disposición a la guerra es un producto del instinto de destrucción, lo más fácil será apelar al antagonista de ese instinto: al Eros.”